La semana pasada fue un desastre. No pude ver a mis amigos y
tampoco la pude ver a ella. Sin embargo esta fue muy diferente.
El lunes pensé mucho en ella. Él no dejaba de llamar e
insistir ¿Para qué llamaba? ¿Acaso era para querer salvar la relación que
tenemos? No lo supe y ni quería saberlo. Ese día me propuse llamarla el martes
por la tarde. No estaba segura de lo que hacía pero las ganas de verla,
abrazarla y decirle cuánto la extrañaba eran más grandes que todas las dudas
que tenía.
Al día siguiente tomé el teléfono y marqué el 67-56-32-55. Ella
contestó la llamada. Me quedé atónita sin saber qué decir. Después de tres horas de hablar acordamos en
salir al día siguiente.
El jueves salí de mi casa con un nudo en la garganta. No sabía cómo íbamos a actuar pues tenía mucho
que no nos veíamos. Cuando la vi sentada
en la fuente frente al cine, no dudé. Mis pasos se hicieron firmes y caminé
hacia ella. Era igual a la primera vez que la había visto en aquel salón en el
que pasábamos horas. Al verme se paró de inmediato, y con una mirada agraciada,
me sonrió. Pasamos la tarde entera hablando de nuestras vidas, de nuestros
amigos, de nuestras nuevas escuelas y recordando todo lo que habíamos vivido
juntas. No recordaba lo mucho que me gustaba platicar con ella. Llegó la hora
de irnos a casa. Me acompañó a donde vivo. Me tomó de la mano y me dijo "te
extrañaba amiga". “Amiga” ¿A eso dejé que nuestra relación regresara? No pude
evitar hacer un gesto de molestia al escuchar ése término tan nefasto con el
que se refería a mí. La solté de la mano y decidí seguir caminando como si no
hubiese pasado nada. Ella se percató de mi reacción y se quedó en silencio. Al
llegar a mi casa nos dimos cuenta de que no había nadie. La invité a pasar, por
educación, y ella aceptó. Al cruzar la puerta me abrazó y yo a ella. Me besó la
mejilla, las manos, la frente, y acarició mi rostro. Tomó mi barbilla y la
llevó hacia su suave y delicada cara. Sin pensar dejé de reaccionar y me dejé
llevar…
Al día siguiente desperté aún con la hermosa sonrisa que
ella había dejado en mí. La verdad es
que no me importa lo que vaya a pasar. Solo me importa ella. La cuestión es: ¿cómo
decírselo a él?.
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